En los últimos años, las mujeres han ganado un lugar cada vez más visible en la industria y las comunidades de videojuegos. Sin embargo, este crecimiento también ha revelado una problemática alarmante: el acoso sexual que enfrentan las chicas gamers, especialmente cuando utilizan el micrófono para comunicarse. Según un estudio de Reach3 Insights y Lenovo, el 59% de las mujeres jugadoras ha sufrido acoso en línea, y muchas optan por ocultar su género para evitar agresiones.
El acoso incluye comentarios despectivos, sexualización no deseada, insultos y hasta amenazas que limitan la participación de las mujeres en estos espacios. Esta violencia digital perpetúa una cultura machista y excluyente, que se refleja tanto en los entornos competitivos como en los recreativos.
Organizaciones como Women in Games ARA, en Argentina, están trabajando para visibilizar esta problemática y promover soluciones, desde campañas de concienciación hasta la creación de espacios seguros para mujeres gamers. Su labor también apunta a deconstruir las masculinidades tóxicas que legitiman estas conductas y a fomentar una industria más inclusiva y respetuosa.
Es hora de repensar cómo interactuamos en línea y de comprometernos a erradicar el acoso en todos sus niveles. Los videojuegos deben ser espacios de recreación, no de violencia.
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